En su primer encuentro, Julieta y Romeo utilizan una forma de comunicación (
metáfora) recomendada por varios autores convencionales durante la época en que vivió Shakespeare. Haciendo uso de ellas al implicar las palabras "santo" y "pecado", Romeo fue capaz de evaluar los sentimientos de Julieta hacia él, en un modo inusual. Este método también fue apoyado por el
escritoritaliano Baltasar de Castiglione (cuyas obras, en su mayoría, fueron traducidas al
idioma inglés). Además Castiglione aconsejó que, en caso de que un hombre usara una metáfora a manera de
invitación para una mujer, ella podría fingir que no lo entendió, con lo que su pretendiente podría retirarse sin perder su honor. Contrariamente, Julieta participa en la metáfora, expandiéndola. Los términos religiosos "
sepulcro", "
senda" y "
santo" eran muy populares en la poesía de ese entonces, mostrando una propensión al tono romántico, más que a una indirecta
blasfemia —el término "santidad" fue asociado con el
catolicismo algunos años antes del escrito—.
[146] Más adelante, en el mismo texto, Shakespeare determinó remover la más clara referencia a
la resurrección de Cristo y la
Pascua, elementos presentes en
The Tragical History of Romeus and Juliet.
[147]
En la "escena del balcón" de Shakespeare, Romeo escucha discretamente el
soliloquio de Julieta. No obstante, en la versión de Brooke, ella hace su declaración de amor estando sola. Al introducir a Romeo en la escena donde escucha a escondidas, el autor se deslinda de la secuencia normal del cortejo. Normalmente, se solicitaba que una mujer siguiera un patrón de conducta basado en la modestia y la timidez, con tal de asegurarse de que su pretendiente fuese honesto. La razón de desviarse de la secuencia mencionada, se debe a que Shakespeare quiso agilizar un poco la trama. De esta forma los jóvenes enamorados se vuelven aptos para evadir parte del proceso de cortejo, desplazando el relato, que inicialmente se halla centrado en el desarrollo de su relación sentimental, a un contexto mayormente enfocado en su decisión de contraer
matrimonio (tras descubrir sus sentimientos mutuos en una sola noche).
[143]En la escena final del
suicidio, existe una contradicción en el vínculo con la
religión católica, pues los suicidios son considerados por ésta como un pecado que debe ser castigado en el
infierno, aunque quienes recurren a éstos con tal de estar con su enamorado ("
amor cortés") se vuelven acreedores al paraíso, en donde estarán acompañados de su amante. Es así como el amor entre Romeo y Julieta tiende a ser más
platónico que
religioso. Otro punto a considerar es la consumación del amor (
relaciones sexuales) citada en el escrito original; aun cuando el amor entre ambos era apasionado, la pareja sólo consuma su amor después de casados, cosa que les previene de perder la simpatía del público.
[148]
Es posible que
Romeo y Julieta funcione como una ecuación del amor y el sexo, con la muerte. A lo largo de la tragedia, tanto él como ella (junto con otros personajes secundarios) fantasean con esta
"igualdad fulminante", normalmente atribuida a un amante. Por ejemplo, el señor Capuleto es quien se percata primero de la "muerte" de Julieta, comparando este factor con el desvirgamiento de su hija.
[149] Además, un poco más adelante Julieta compara,
eróticamente, a Romeo con la muerte. Justo antes de suicidarse, decide emplear la daga de éste, diciendo, "¡Oh, feliz daga! Este es tu filo. Corróeme entonces, y déjame morir".
[150][151]
Destino y azarEditar
Las opiniones de varios estudiosos difieren en lo que respecta al rol que desempeña el
destino en
Romeo y Julieta. En modo de aserción, todavía no hay
consenso alguno que decida si los personajes verdaderamente están destinados a morir juntos, o si los sucesos ocurridos se deben a una
serie de eventos desafortunados. En los argumentos a favor de la importancia del destino se suele describir a Romeo y Julieta con el término
Star-crossed lovers.
[2]
Romeo: ¡Oh, soy un tonto afortunado! |
— Acto III de Romeo y Julieta.[152] |
La anterior frase establece que "las estrellas han predeterminado el futuro de ambos".
[153]John W. Draper indica la similitud entre la creencia de
"los cuatro humores" y los personajes principales de la trama (a manera de ejemplo, Teobaldo representaría el enojo). Tras interpretar el texto mediante esta creencia, se reduce considerablemente la cantidad de texto atribuido por audiencias contemporáneas al azar, un rasgo característico observado por audiencias contemporáneas.
[154] A pesar de la comparación, otros investigadores ven la historia como una serie de eventos desafortunados, al no mirarlo íntegramente como una tragedia sino como un
melodrama emocional.
[154] Según
Ruth Nevo, el continuo énfasis de la causalidad en el argumento hacen que Romeo y Julieta sea una tragedia no tan nefasta del azar, pero tampoco considera que sea una tragedia de los personajes. Por ejemplo, el hecho de que Romeo desafiara a Teobaldo no es resultado de una acción compulsiva, sino la consecuencia esperada ante el
homicidio de Mercucio. En esta misma escena, Nevo observa en Romeo una actitud de perspicacia ante los peligros derivados de las normas sociales, la identidad y los compromisos. Por eso, éste decide matar; no es un producto de
hamartia, sino de una circunstancia determinada.
[155]
https://es.m.wikipedia.org/wiki/Romeo_y_Julieta
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